No es complicado encontrar diferencias entre una boda civil o católica, ya que entran en juego las creencias personales, así como las de la familia de los novios. Una boda religiosa siempre es más vistosa y espectacular que una civil, teniendo un punto más emotivo.
La desventaja de la boda católica frente a la civil es que la preparación del evento requiere más tiempo, además de no poder personalizarse en cuanto a dar un estilo propio, como puede ser una boca ibicenca o de época, pudiendo incluso realizar la boda en lugar fuera de lo habitual como puede ser un barco, siempre que tenga validez legal.
No obstante, la celebración de una boda, se realice de una manera u otra, siempre es un acto memorable y simbólico que pone de manifiesto el amor mutuo que se profesan las parejas que desean contraer el matrimonio, para la posterior celebración del banquete con la familia y amigos. Y aquí es donde entra El Palacio de Galápagos, un lugar ideal para culminar la boda con un buen menú.
El Palacio de Galápagos pone a disposición diferentes estancias para festejar el banquete. Cuenta con jardines, patio empedrado, o un espacio más íntimo y acogedor para la celebración. Todas las estancias totalmente adaptadas para personas con discapacidad.
Cuenta también con variedad de menús para la elección de uno de ellos en ese día tan importante, pudiendo realizar una degustación para 6 personas para las celebraciones de más de 100 personas.
Situado en Guadalajara, está adaptado para cualquier tipo de celebración, no sólo bodas, también comuniones o eventos de empresa, entre otros. Por lo que, si estás buscando dónde poder llevar a cabo una comida o una cena de categoría, no dudes en visitar Palacio de Galápagos.